Ante la falta de respuestas del Grupo Octubre, que recurrió al Ministerio
de Trabajo para intentar planchar nuestro reclamo, continuamos el quite de
firmas hasta el domingo.
Los dueños de Página/12 se presentaron una vez más en el Ministerio de
Trabajo con las manos vacías. Mientras desde el diario informamos sobre
reclamos por reapertura de paritarias y bonos de fin de año, los enviados del
Grupo Octubre, por tercera semana consecutiva, no ofertaron un centavo para
mejorar el 24,9 por ciento de aumento anual que pretenden aplicarnos. También
pidieron y obtuvieron del gobierno de Macri, siempre amable con los patrones,
la extensión de la conciliación obligatoria hasta el martes próximo. Como
respuesta, desde la asamblea resolvimos ayer continuar con el quite de firmas
hasta el domingo, solicitar a columnistas y jefes la más elemental solidaridad
con sus compañeros mal pagos y exhortar a los autores de notas de
opinión -que en su mayoría trabajan gratis- para que se abstengan de
enviar artículos mientras quienes hacemos todos los días Página/12 peleamos
legítimamente por salarios dignos.
El grupo empresario que encabeza Víctor Santa María pretende pagarnos la
paritaria más baja de la
Argentina: 27% en trece meses (24,9% anualizado) más 3000
pesos no remunerativos. Es lo que firmó la cámara AEDBA, que Página/12 comparte
con Clarín y La Nación,
con la Unión de
Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), una cáscara vacía con
personería gremial que permite a los patrones simular una negociación
inexistente para imponer un aumento que destruye los salarios.
Todos los intentos de iniciar una negociación superadora de ese no-acuerdo,
que está a casi 20 puntos de la inflación interanual, chocaron con la negativa
tajante de la empresa, hoy en manos del Grupo Octubre que dirige Santa María.
Ante las primeras medidas de fuerza, que no pusieron en peligro la salida del
diario, el secretario de estadísticas de la CGT recurrió al gobierno de Macri, que en junio
dictó la primera conciliación obligatoria. Sus voceros no hicieron ninguna
oferta durante el mes que duró aquella conciliación y tampoco en los tres meses
siguientes, durante los cuales volvimos a apostar al diálogo. Cuando retomamos
las medidas volvieron a apelar al ministerio de Jorge Triaca invocando “huelgas
injustificadas” (sic) para intentar planchar nuestro reclamo.
Ayer se cumplieron tres semanas de la nueva conciliación obligatoria. La
estrategia patronal, con dos gerentes y un abogado como caras visibles, no es
otra que ganar tiempo simulando ante una funcionaria del Ministerio de Trabajo
una supuesta voluntad de negociación. A siete meses del inicio de los reclamos,
el inefable Carlos Prim pidió ayer “propuestas concretas” para transmitir a sus mandantes, como si ese fuera el problema. Desde la Comisión Interna
sugerimos alternativas para acercarnos al promedio de las paritarias. Los
enviados de Santa María se comprometieron a “llevarlas al seno de la sociedad
para analizarlas y traer una respuesta” el próximo martes, cuando concluya la
conciliación.
Durante la última semana más de un centenar de redactores, editores,
fotógrafos y mal llamados colaboradores, léase trabajadores precarizados,
publicamos nuestras notas y fotos sin los créditos habituales. No es una medida
de fuerza sino el ejercicio de un derecho individual (ninguna norma ni contrato
obliga a firmar) para que los dueños de Página/12 tomen nota del rechazo que
genera su destrato e indiferencia. El próximo lunes volverán las firmas al
diario porque para ese día está previsto el lanzamiento de la nueva página web,
un demorado avance que todos valoramos y celebramos. De la respuesta que
recibamos el martes dependerá cómo sigue esta historia.
Comisión Gremial Interna de Página/12, 10 de noviembre de 2016